
El lunes 13 el gobierno de Canadá anunció que desde ésta fecha es requisito para acceder al país el trámite de una visa, así como el caso de Estados Unidos.
Canadá justifica esta decisión basándose en el enorme número de solicitudes de refugio en dicho país por parte de ciudadanos mexicanos.
La figura del refugio hasta esta semana había sido el método ideal para irse a un país primermundista a buscar mejores condiciones de vida.
Conozco varias historias que narran la sencillez del proceso y los grandes beneficios que el refugio podía traer a un mexicano, el refugio podía ser solicitado alegando agravantes que podían ser catalogadas de ridículas.
Había quien pedía refugio por sus preferencias sexuales alegando que en México se le perseguía por ser gay, otros alegaban persecución por cuestiones políticas (como Napoleón Gómez Urrutia, el lider del Sindicato Minero), otros se iban y solicitaban el asilo por violencia doméstica.
El chisme no tardó en correr y cada vez fueron más los mexicanos que se iban a Canadá como turistas y no regresaban pues iniciaban el juicio de asilo correspondiente, muchos basándose en mentiras o verdades a medias. Algunos casos se resolvían rápido, otros demoraban años. Durante este periodo, algunos conseguían un permiso para trabajar en el país o simplemente conseguían un trabajo como indocumentados.
Así, el gobierno de Canadá se cansó del abuso de la raza mexicana y finalmente, entrecerraron las puertas a los ciudadanos mexicanos como lo hace Estados Unidos.
Conozco varios casos, pero me vienen a la mente 2, el caso de Cesar y el caso de Octavio.
A Cesar lo conocí hace varios años, es un vecino que decidió hace 4 años ir a probar suerte a Canadá, se enteró de las facilidades y ese estilo de vida que no tenemos en este país y que dificilmente se podría imitar, por lo cual vendió todas sus posesiones y en noviembre de 2005 emprendió el viaje hacia el vecino país del norte de nuestro vecino del norte.
En esa época yo también me vi tentado a intentarlo, más cuando la situación de CNI Canal 40 me dejó sin empleo y sin pago por muchos meses (sigo sin recibir el pago adeudado).
Cesar inició el proceso legal para solicitar el asilo político alegando discriminación por sus preferencias sexuales (vale la pena mencionar que a Cesar le fascinan -hasta donde sé- las mujeres). Desconozco si el proceso estaba aderezado por otros agravantes.
Pasaron años y el juicio no se resolvía, Cesar consiguió el permiso para estudiar uno de los idiomas oficiales del país y en algún momento logró conseguir un empleo.
Finalmente, cerca de 3 años después, un día Cesar se encontraba en la colonia, acá en México, acá en el DF, allá en su casa. Un día, simplemente Cesar se cansó y decidió volver. Comentó que seguiría el proceso desde la embajada de Canadá en éste país. No lo he visto, no sé si continuó con el trámite.
A Octavio lo conocí en 1999, nos conocimos en la sala de Consejo de la Dirección General del IPN cuando ambos éramos consejeros generales por la rama de Ciencias Sociales en el XVIII Consejo General Consultivo del IPN. Él era consejero por la ESCA Tepepan. Era estudiante de la Lic. en Relaciones Comerciales. Yo era consejero por el CECyT Luis Enrique Erro, yo estuduaba el bachillerato en dicho CECyT.
Durante el periodo que compartimos como consejeros, Octavio (Milik) y yo nos fuimos integrando en el mismo grupo. Cuando se tiene la oportunidad de ser consejero hay tres posibilidades: o te haces grillo, o te haces académico o te haces pendejo. Nuestro grupo estaba convencido de que era necesario trabajar en la academia.
Octavio era un muchacho con una gran visión de lo que deseaba lograr, cuando terminó nuestro periodo como consejeros, él dirigió un grupo de jóvenes emprendedores y líderes en la ESCA Tepepan, los Cambiadores de Ideas. Fui invitado a ese grupo y trabajamos juntos por un periodo breve, después, la primera carrera me absorvería y simplemente desaparecí del panorama.
Unos cuantos años después, Octavio se fue a Canadá. Hizo un trámite muy largo y muy caro para estudiar idiomas y posteriormente otro para obtener el permiso de trabajador y posteriormente el de la ciudadanía. Fueron años de trámites y de trabajo.
A la distancia, platiqué con Octavio hace un par de meses. El me comentaba que había un gran rechazo hacia los mexicanos en Canadá. La discriminación era debido a que los mexicanos que estaban llegando eran mexicanos que se convertían en parásitos y que buscaban el modo de vivir a base de transas, sin menospreciar que el comportamiento de éstos era el mismo que en éste país, es decir, era gente sucia, irrespetuosa, pedante. Me contó que incluso una mexicana que fue su roommate se había ido sin pagar la renta pactada y con un acumulado de deudas considerable.
"Vente cuando quieras milik, pero si lo haces, que todo sea derecho, por que aquí ya no queremos más problemas por transas de los paisanos" me decía. Consideré la posibilidad de ir, pero sólo de visita. Hasta la fecha no he concretado el propósito. Ahora será un poco más dificil.
Hasta el país más hospitalario tiene sus límites y Canadá ya se ha cansado del modo de actuar del mexicano. Poco a poco, la raza humana mexicana es rechazada por su actuar y llegará el momento en que seamos gente non-grata hasta en nuestro propio territorio del cual muchos buscan desesperadamente escapar, del cual, el estado se ha olvidado o se ha desinteresado, y aún así, nos negamos a aceptar la responsabilidad que tenemos de esto, pues cada sociedad tiene el gobierno y el entorno que merece. Mientras, blame Canada, eh!
Canadá justifica esta decisión basándose en el enorme número de solicitudes de refugio en dicho país por parte de ciudadanos mexicanos.
La figura del refugio hasta esta semana había sido el método ideal para irse a un país primermundista a buscar mejores condiciones de vida.
Conozco varias historias que narran la sencillez del proceso y los grandes beneficios que el refugio podía traer a un mexicano, el refugio podía ser solicitado alegando agravantes que podían ser catalogadas de ridículas.
Había quien pedía refugio por sus preferencias sexuales alegando que en México se le perseguía por ser gay, otros alegaban persecución por cuestiones políticas (como Napoleón Gómez Urrutia, el lider del Sindicato Minero), otros se iban y solicitaban el asilo por violencia doméstica.
El chisme no tardó en correr y cada vez fueron más los mexicanos que se iban a Canadá como turistas y no regresaban pues iniciaban el juicio de asilo correspondiente, muchos basándose en mentiras o verdades a medias. Algunos casos se resolvían rápido, otros demoraban años. Durante este periodo, algunos conseguían un permiso para trabajar en el país o simplemente conseguían un trabajo como indocumentados.
Así, el gobierno de Canadá se cansó del abuso de la raza mexicana y finalmente, entrecerraron las puertas a los ciudadanos mexicanos como lo hace Estados Unidos.
Conozco varios casos, pero me vienen a la mente 2, el caso de Cesar y el caso de Octavio.
A Cesar lo conocí hace varios años, es un vecino que decidió hace 4 años ir a probar suerte a Canadá, se enteró de las facilidades y ese estilo de vida que no tenemos en este país y que dificilmente se podría imitar, por lo cual vendió todas sus posesiones y en noviembre de 2005 emprendió el viaje hacia el vecino país del norte de nuestro vecino del norte.
En esa época yo también me vi tentado a intentarlo, más cuando la situación de CNI Canal 40 me dejó sin empleo y sin pago por muchos meses (sigo sin recibir el pago adeudado).
Cesar inició el proceso legal para solicitar el asilo político alegando discriminación por sus preferencias sexuales (vale la pena mencionar que a Cesar le fascinan -hasta donde sé- las mujeres). Desconozco si el proceso estaba aderezado por otros agravantes.
Pasaron años y el juicio no se resolvía, Cesar consiguió el permiso para estudiar uno de los idiomas oficiales del país y en algún momento logró conseguir un empleo.
Finalmente, cerca de 3 años después, un día Cesar se encontraba en la colonia, acá en México, acá en el DF, allá en su casa. Un día, simplemente Cesar se cansó y decidió volver. Comentó que seguiría el proceso desde la embajada de Canadá en éste país. No lo he visto, no sé si continuó con el trámite.
A Octavio lo conocí en 1999, nos conocimos en la sala de Consejo de la Dirección General del IPN cuando ambos éramos consejeros generales por la rama de Ciencias Sociales en el XVIII Consejo General Consultivo del IPN. Él era consejero por la ESCA Tepepan. Era estudiante de la Lic. en Relaciones Comerciales. Yo era consejero por el CECyT Luis Enrique Erro, yo estuduaba el bachillerato en dicho CECyT.
Durante el periodo que compartimos como consejeros, Octavio (Milik) y yo nos fuimos integrando en el mismo grupo. Cuando se tiene la oportunidad de ser consejero hay tres posibilidades: o te haces grillo, o te haces académico o te haces pendejo. Nuestro grupo estaba convencido de que era necesario trabajar en la academia.
Octavio era un muchacho con una gran visión de lo que deseaba lograr, cuando terminó nuestro periodo como consejeros, él dirigió un grupo de jóvenes emprendedores y líderes en la ESCA Tepepan, los Cambiadores de Ideas. Fui invitado a ese grupo y trabajamos juntos por un periodo breve, después, la primera carrera me absorvería y simplemente desaparecí del panorama.
Unos cuantos años después, Octavio se fue a Canadá. Hizo un trámite muy largo y muy caro para estudiar idiomas y posteriormente otro para obtener el permiso de trabajador y posteriormente el de la ciudadanía. Fueron años de trámites y de trabajo.
A la distancia, platiqué con Octavio hace un par de meses. El me comentaba que había un gran rechazo hacia los mexicanos en Canadá. La discriminación era debido a que los mexicanos que estaban llegando eran mexicanos que se convertían en parásitos y que buscaban el modo de vivir a base de transas, sin menospreciar que el comportamiento de éstos era el mismo que en éste país, es decir, era gente sucia, irrespetuosa, pedante. Me contó que incluso una mexicana que fue su roommate se había ido sin pagar la renta pactada y con un acumulado de deudas considerable.
"Vente cuando quieras milik, pero si lo haces, que todo sea derecho, por que aquí ya no queremos más problemas por transas de los paisanos" me decía. Consideré la posibilidad de ir, pero sólo de visita. Hasta la fecha no he concretado el propósito. Ahora será un poco más dificil.
Hasta el país más hospitalario tiene sus límites y Canadá ya se ha cansado del modo de actuar del mexicano. Poco a poco, la raza humana mexicana es rechazada por su actuar y llegará el momento en que seamos gente non-grata hasta en nuestro propio territorio del cual muchos buscan desesperadamente escapar, del cual, el estado se ha olvidado o se ha desinteresado, y aún así, nos negamos a aceptar la responsabilidad que tenemos de esto, pues cada sociedad tiene el gobierno y el entorno que merece. Mientras, blame Canada, eh!
1 comentario:
Como q ya hace falta postear algo no??? entre y sigue lo de canada jajaj q por cierto yo tmb keria ir :(
y q paso con la foto en el titulo del blog, tan buenas fotos q sacas y ahora nada.
haaaa por cierto algo q habia olvidado comentarte jajaja cuando tengas tu serie "Pendejadas que he hecho por una novia y no volveré a hacer", espero contar con una invitación y aportar mis conocimientos jajajajaj :P:P
Cuídate mucho!!! @!oS
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