
Por ello, anular el voto se ha convertido en un reto para muchos de nosotros para poder hacer algo que haga pensar al menos al escrutador, así, los que le entramos a ésta expresión democrática de la inconformidad, hicimos nuestro propio diseño, en varios periódicos vi votos por el Dr. Mono (al que aún desconozco) y hasta votos por Batman, quien por cierto, está cumpliendo años.
Mi voto fué el que muestro en este post, algo sencillito pero con mensaje, a todo esto, durante una plática con Eduardo referente a las preferencias políticas, relucí mi nueva teoría:
"La preferencia política es tan íntima como tus preferencias sexuales. No debes hacer público lo que haces en la cama, así como tampoco puedes hacer pública tu ideología política. Si lo haces, corres el riesgo de que te critiquen y de que te juzguen nomás por que les antoja eso que carecen..."
¿A poco no tiene algo de sentido? Me gusta más que la comparación con la religión.
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