viernes, 26 de junio de 2009

No vi a Michael Jackson

Tenía 12 años, estaba en sexto de primaria, muchos éramos fans y otros tantos se hicieron al escuchar "Dangerous", escuchábamos el disco en el transporte escolar durante el trayecto a la escuela y de la escuela a casa. Comenzaba a rumorarse sobre los escándalos sexuales de Michael Jackson, sin embargo, la visita a México de Michael era la locura y todos buscábamos el modo de ir al concierto. Éramos unos niños en la antesala de la pubertad.

Al mismo tiempo, llegaban los resultados de las evaluaciones mensuales y a mi grupo de amigos no nos había ido nada bien en matemáticas ni en ciencias naturales. El castigo fué devastador para nosotros: no iríamos a ver a Michael Jackson. Fué un castigo que nos afectó, que nos hizo sentir mal, creo que fué el único castigo que en realidad recordamos y que tuvo la capacidad de posicionar a nuestros padres como represores y símbolo de respeto, las amenazas no eran juego. En esos días los conciertos en México eran raros, simplemente no habían y no sabíamos si la oportunidad se repetiría.

Después de la visita a México comenzaron los juicios por abuso sexual y los escándalos en torno a la pederastía (o no?) de MJ. Eso hizo que, a la distancia, los conciertos de MJ en México fueran emotivos y los últimos de una carrera brillante que posteriormente se vería cuestionada y ensombrecida por múltiples factores desatados del mencionado escándalo.

Sabíamos que se nos había ido la oportunidad, y de cierto modo, no se repetiría, no con ese impacto, no con esa importancia, no con esa trascendencia. Y nunca más será.

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