viernes, 2 de enero de 2009

Paseo en carretera

Una de las cosas que menos me gustaba en aquella infancia donde todo parecía ser lo suficientemente normal como para cuestionarlo era salir a carretera, quizá me hizo daño que los viajes que se tenían que hacer se hacían en avión, lo cual era muy practico, pues todo destino se encontraba a menos de 4 horas y podía ver las nubes desde arriba. De lo que mas me acuerdo era como me asombraba ver una ciudad de México nublada y al elevarnos, la ciudad se hacia tan pero tan pequeña que todo parecía un rompecabezas entre caminos, casas y terrenos, y al alcanzar cierta altura el avión podía semi-enderezarse, y es que para salir de la ciudad de México el avión casi siempre pasaba a modalidad cohete y parecía que estábamos en posición vertical en lugar de la posición horizontal que se supone es lo normal. Una vez que podía deshacerme del cinturón de seguridad lo primero que hacía era asomarme por la ventanilla, y todo el cielo negro de la ciudad era sustituido por un cielo azul, un sol mas deslumbrante y un montón de nubes que eran, a estas alturas, el suelo que se distinguía.

Las preguntas eran inevitables, mas para un mocoso tan preguntón como lo era yo, ¿Dónde está Dios? ¿El avión se moja si pasamos por la nube? ¿Las nubes se rompen y llueve cuando las cruzamos? ¿Me puedo quedar ciego si veo el sol? ¿Por que el mar se ve tan azul en unas regiones? ¿Por que se me tapan los oídos? ¿A que hora salimos del planeta?

Tiempo después las cosas cambiaron y los viajes se fueron acabando poco a poco, y mi odio por la carretera comenzó por que todo era lo mismo, es decir, siempre veía lo mismo, pasto, montañas interminables, campos y mas campos.

En la actualidad ya no me incomoda tanto el camino, es mas, me parece muy entretenido el viajar por carretera, así como hoy, a pesar de ser de noche y de que no se ve mucho, a lo lejos se ven luces, esas lucecitas que lo único que me indican es que ahí a lo lejos alguien vive, alguien anda por ahí, y ahí, en alguno de esos puntos luminosos puede que alguien quiera olvidar así como yo, puede que alguien esté esperando que el destino termine de poner las piezas donde se deban de poner, así como yo. A lo lejos quizá hay gente mas preocupada que yo, mas hundida que yo, mas desesperada que yo. Y otros tantos que ni fu ni fá. Igual y por ahí hay alguien preguntándose por que no encuentra a otra persona con quien escapar en estos momentos de nostalgia y furor desde la verstand. Así como yo.

Pinche blogger, ¿Por qué no crea una herramienta para publicar desde una palm que no tiene wi-fi?, o igual y ya existe, como la del facebook, ¿Alguien sabe?

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