Hoy me reuní con Melina, la plática giró en torno a nuestra tarea que nomás no hemos hecho y también respecto a nuestras carreras, ambos somos de los que buscan la segunda carrera, a pesar de que Melina está estudiando ambas carreras al mismo tiempo, en mi caso ya terminé la primera. Durante la plática vinieron a mi mente los recuerdos de la primera carrera y los contrastes entre ellas.
Estoy en la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria. Rara vez había permanecido mas de una hora en una biblioteca y peor aún, rara vez me había desplazado mas de 2 km. para ir a una. En este caso es un poco distinto, ya lo hago con menos molestia, quizá sea la edad, quizá sea que ahora si estudio con gusto (tanto que me pongo a postear...).
Cuando tenía 12 años, me sacaron del colegio en el que estudiaba para meterme a una horrorosa secundaria técnica cuando en realidad quería meterme a la iniciación universitaria en la Prepa 2, pero mi papá no me dejó.
Luego, al momento de elegir preparatoria, igual, yo quería entrar a la Prepa 2, entre otras cosas por que me quedaba a 1 km. de mi casa, pero una vez mas, no me dejó mi papá, y es que lo que él deseaba era un primogénito ingeniero por encima de lo que yo quisiera, así que me apuntaron en mis opciones para el bachillerato la Vocacional 9 como objetivo, la cual, dejé en segundo término, preferí la 14 y entré.
Luego, cuando tenía que elegir carrera, pues no había mas, elegí la misma carrera que llevaba en la voca (informática) por lo cual, estudié 4 años en UPIICSA. La experiencia de UPIICSA no fué mala, pero tampoco fué mejor que la vocacional, sin embargo, definitivamente mi manera de ser no era compatible con UPIICSA ni con el IPN, como que yo era mas social, mas activo, pero la apatía y la negatividad de UPIICSA me terminaron aplastando, total, en otros lugares la gente ha de ser diferente.
Terminé mi periodo en UPIICSA, y la carrera en sí me empezó a dar hueva, cuando me dí cuenta de que eso sería mi vida el pánico se apoderó de mí, por lo que me negué a integrarme al sistema, necesitaba corregir cuanto antes mi camino, me daba un pavor enorme imaginarme de 50 o 60 años arreglando computadoras o viendo redes... nunca me ví programando. Y no lo hago aún. Ni lo haré.
Cuando terminé la carrera yo ya trabajaba en el Canal 40, era el trabajo perfecto, pues podía aplicar lo que estudié en la primera carrera (al menos lo que me interesaba) y al mismo tiempo podía inmiscuirme en las producciones para poder aprender lo que en realidad me interesaba, que era la comunicación, más aún, las noticias. La experiencia en el Canal 40 fue impresionante, más cuando comenzó la etapa emocionante, que fué cuando conocí a Javier Moreno Valle, esas son otras historias.
Pero no todo podía ser tan bueno, pues vino el problema de la huelga que culminaría con el robo del canal por parte de TV Azteca, y así, sin el sueldo que no nos pagaron (y no nos han pagado) y sin la más minima idea de qué hacer me ví en la necesidad de buscar trabajo, ahi hay muchas historias que igual, ya iré contando.
Finalmente decidí retomar el proyecto de vida que en algún momento había trazado, y en dicho proyecto ya se consideraba el estudiar la carrera que a mi me interesaba, así llegué a la UNAM, y la experiencia ha sido maravillosa a pesar de que, como en toda Universidad, hay deficiencias y hay maestros sangrones que asisten a realizar su labor como un destino no elegido, por otro lado, finalmente me siento menos anormal, y a pesar de que ya no viví la experiencia en un sistema escolarizado, los instantes y vivencias han sido motivadoras, gratificantes, así, tantos años después me encuentro escribiendo en la biblioteca, estoy investigando y encontrandome con muchas cuestiones que me remontan a etapas del pasado, me encuentro frente a una ventana a través de la cual puedo ver la zona de las islas y las facultades que la rodean. La espera valió la pena.
martes, 20 de enero de 2009
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